Contrario a lo que prometió en su campaña por Benito Juárez, Christian von Roehrich sueña con dar el chapulinazo en 2018 hacia la coordinación del PAN en la ALDF, porque dice que eso le prometieron.
Sin importar que jurara a los vecinos de su demarcación que no se convertiría en un vulgar chapulín político, y que si lo apoyaban permanecería en el cargo hasta el final de su mandato, a su equipo ya le dijo que no será así.
El panista apuesta al olvido del electorado, pero el que parece olvidar es él, pues cuando buscó el voto popular siempre dijo que los habitantes de Benito Juárez se distinguen por preparados y participativos, no por ser borregada de los políticos.
La idea de faltar a su palabra para cumplir el sueño de suceder a Jorge Romero podría ser su tumba política, pues su promesa de quedarse hasta el final le impedirá cualquier intento de moverse.
De dar el salto correría el riesgo no sólo de perder, sino de arrastrar con él a los candidatos blanquiazules, que regularmente son calificados según el desempeño del delegado en turno.
Según sus propias palabras, la jugada es que Romero brinque en dos años al Senado; él a la coordinación del PAN en la ALDF, y el diputado Santiago Taboada sea el siguiente jefe delegacional.
De hecho, El Güero Taboada era el elegido de Romero para la delegación el año pasado, pero al interior valoraron que su cara de escuincle no ayudaría a lograr el apoyo de un electorado viejo, como califican los panistas a los habitantes de esa delegación.
Entonces voltearon la mirada hacia Christian, mientras Santiago envejece un poco en San Lázaro para que en dos años más sea su candidato.
Raro que Von Roehrich menosprecie a los vecinos de Benito Juárez, a los que él mismo calificó como personas de alto nivel, y sería una afrenta imperdonable que incumpliera.
Para evitar cualquier suspicacia, el funcionario debería ratificar públicamente su compromiso de permanecer los tres años en la delegación e incluso ponerlo ante Notario Público, para que nadie dude.
Porque nadie cree que si deja la ubre del erario público, donde siempre ha estado pegado, no pueda agarrar chamba en la iniciativa privada, porque algo sabrá hacer, ¿o no?
CENTAVITOS… Quien se debería cuidar las espaldas es el delegado Víctor Hugo Lobo, pues su compañero Mauricio El Tomate Toledo anda diciendo que el de la GAM lo está mandando a golpear. Que lo que se escribe sobre el famoso —por sus mañas, claro— Tomate, es pagado por el delegado en GAM. El diputado se lo debería decir en su cara a Lobo y no andar con mensajitos amenazadores, en los que incluso da nombres de altos funcionarios del GCM y de la Asamblea Legislativa que, según él, son muy malos y podrían hacer algo en contra de quien no esté a su favor. Que pregunte en Coyoacán qué piensan de él, a ver si se necesita que alguien pague por exhibirlo. ¿Será que El Tomate no dé la cara por temor a que una dentellada lo pueda convertir en puré? Tanto escándalo del corruptazo César Cravioto con las despensas que el diputado Leonel Luna reparte en Álvaro Obregón con dinero de la ALDF, como si Morena no estuviera haciendo lo mismo con sus escuelas patito. La diferencia es que unos gastan en adiestramiento de tropas y otros en comida para sus huestes.
Source: Excelsior
