La deforestación, la expansión urbana descontrolada y la construcción de fraccionamientos, están destruyendo el pulmón verde de México y poniendo en riesgo el agua, la biodiversidad y la vida de comunidades enteras, publicó Greenpeace México. “No podemos normalizar la destrucción ni llamarla progreso. Defender la selva es defender nuestro futuro”.
Los desarrollos inmobiliarios están destruyendo ecosistemas costeros y acuíferos. Inversionistas, empresas y ahora hasta la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) quieren sacar provecho de la belleza de la selva maya para su propio beneficio.
«La SEDENA ha iniciado obras de relleno y dragado para una construcción que estará destinada a su servicio, en la zona federal de la laguna de Bacalar. Argumentan que su proyecto no provocará desequilibrios ecológicos y por ello no es necesaria una consulta ciudadana, sin embargo, el uso de maquinaria pesada ya está afectando la Laguna de Bacalar:
-Alteración de la morfología de la laguna debido al relleno y dragado.
-Dispersión de material de relleno que afecta el cuerpo de agua y la biodiversidad de la laguna.
-Vibraciones que podrían afectar al Fuerte de San Felipe, patrimonio histórico de la región.
La Laguna de Bacalar es un ecosistema de valor incalculable que alberga una biodiversidad única y es hogar de importantes especies acuáticas.
“Hacemos un llamado urgente a las autoridades ambientales para que actúen de inmediato y aseguren la protección de este patrimonio natural de México. Nadie debe actuar por fuera o por encima de la Ley.
¡Súmate a la exigencia! Proteger Bacalar es proteger la selva maya. No permitiremos que proyectos públicos, militares o de infraestructura privada destruyan este ecosistema clave para la vida y las comunidades”.
La protección del medio ambiente no tiene porqué arruinar el turismo, pero el turismo tampoco tiene que arruinar el medio ambiente, señala Greenpeace.
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