Con la elección más grande de la historia de México a la vuelta de la esquina, y con la primera elección en la historia en la que las dos principales candidatas a la presidencia son mujeres, quizá hemos escuchado más de una vez el término “violencia política de género”.
Sin embargo, es importante saber exactamente a qué se refiere y, principalmente, en qué ocasiones se puede acusar de ello.
¿Qué es la violencia política de género?
El Instituto Nacional Electoral define que “la violencia política contra las mujeres comprende todas aquellas acciones u omisiones de personas, servidoras o servidores públicos que se dirigen a una mujer por ser mujer (en razón de género), tienen un impacto diferenciado en ellas o les afectan desproporcionadamente, con el objeto o resultado de menoscabar o anular sus derechos político-electorales, incluyendo el ejercicio del cargo.” Esto puede presentarse como violencia física, verbal, psicológica, simbólica, sexual, patrimonial, económica o feminicida, entre otras.
Es importante mencionar que este término hace especial referencia a la violencia contra las mujeres. Esto es porque históricamente las mujeres han tenido menos participación en la política. De manera que es más fácil que sufran agresiones al aspirar a cargos que tradicionalmente han sido ocupados por hombres.
¿Cómo identificar la violencia política de género?
Las normas y sanciones alrededor de la violencia política de género (al igual que otros recursos para proteger a las mujeres y otras poblaciones vulnerables) pueden ser utilizadas de manera injusta o incorrecta, por lo que es importante conocer las especificaciones para que pueda proceder.
- Cuando la violencia se dirige a una mujer por ser mujer. Esto se refiere a cuando las agresiones están orientadas a encasillar a las mujeres en estereotipos femeninos tradicionales y los roles que se les asigna a las mujeres dentro de este imaginario.
- Cuando la violencia tiene un impacto diferenciado en las mujeres. Se puede presentar en los siguientes casos: cuando la acción afecta a las mujeres de forma diferente que a los hombres, o cuando las consecuencias se hacen más graves ante la condición de ser mujer. Por otro lado, también se puede presentar cuando les afecta en forma desproporcionada. Este último se refiere a los hechos que afectan a las mujeres en mayor proporción que a los hombres. En ambos casos es importante tomar en cuenta las afectaciones que un acto de violencia puede generar en el proyecto de vida de las mujeres.
Al mismo tiempo, es importante saber cuando no procede el uso de este término. La violencia política de género tiene como característica principal el ser implementada hacia las mujeres en su calidad de mujeres.
De manera que si en la declaración se ataca a una mujer por características como críticas a su desempeño como servidora pública, descalificaciones a sus competencias laborales, críticas a su integridad (llamarla corrupta, deshonesta, etc), alertar sobre su mal uso de recursos públicos, etc. Todos estos casos refieren al desempeño del cargo y no a especificaciones en razón de género, por lo que no corresponderían como violencia política en materia de género.
Ejemplos de violencia política de género
En el mes de noviembre del año pasado la politóloga Denise Dresser fue sentenciada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de haber cometido violencia política de género contra Andrea Chávez en una transmisión de “Mesa de Análisis con Loret”, transmitido por el canal de YouTube de Latinus el 15 de agosto de 2023.
Durante la transmisión la analista utilizó expresiones como “es un tema de faldas”; “tener una novia en la campaña” y “no sabemos si era novia o no”, lo que se consideró como violencia simbólica y psicológica.
Las mujeres a veces podemos equivocarnos en el uso de ciertas palabras, y caer en lo que la autoridad electoral clasifica como “violencia política de género”. En ese estricto sentido, le ofrezco una disculpa a @AndreaChavezTre
Pero también alerto sobre lo siguiente:
1) El tema… https://t.co/e54Hcq6zSV
— Denise Dresser (@DeniseDresserG) November 16, 2023
Más recientemente, el pasado 17 de enero la Diputada Montserrat Arcos acusó al dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, por violencia política de género.
Explicó que en noviembre pasado, siendo presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas (ONMPRI), Alito Moreno le pidió, a través de la secretaría de Finanzas, modificar el programa de capacitación que ofrecía con universidades como la UNAM y el ITAM, por uno digital con un proveedor corriente para reducir los costos en 50% y que el partido pudiera quedarse con 32 millones de pesos.
Diputada del PRI denuncia a Alito Moreno por violencia política en razón de género.
Montserrat Arcos también advierte que la quisieron involucrar en moches y corrupción con el dinero destinado al liderazgo político de las mujeres que recibe el PRI.
Y que al negarse, sufrió… pic.twitter.com/qXYqpHZ2VZ
— Juan Ortiz 🗳️👁🗨 (@Juan_OrtizMX) January 17, 2024
La legisladora señaló a Moreno por explotación, moches y corrupción. Ella declaró que, ante su negativa, Alejandro Moreno y el secretario de Finanzas, Gerardo Gutiérrez Arroyo, comenzaron a acosarla, intimidarla y vetarla de las reuniones oficiales.
El veredicto por parte del TEPJF todavía no se conoce pues es necesario analizar el caso.
Conclusión
Como ciudadanos es importante estar al tanto de estas nociones para poder tener una perspectiva de género en cómo construimos nuestras perspectivas políticas.
Al mismo tiempo, en esta elección se jugarán más de 19,000 cargos a nivel nacional, por lo que debemos exigir todavía más de quiénes ocuparán dichos cargos, incluyendo la cero tolerancia a discriminación en razón de género. Y para construir esta cultura es necesario contribuir desde nuestro papel como votantes conscientes.
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