El presidente Andrés Manuel López Obrador ha decidido que el Gobierno de México no participará en la reunión extraordinaria convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA) para discutir el proceso electoral en Venezuela. Según explicó el mandatario durante su conferencia matutina del 31 de julio, esta decisión se basa en la percepción de parcialidad en la gestión de la situación por parte de la OEA.
López Obrador anunció que la canciller Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores, no asistirá a la reunión, explicando que México no comparte la postura adoptada por la OEA, especialmente la del secretario general, Luis Almagro.
El presidente criticó que Almagro reconociera a uno de los candidatos venezolanos antes de que se conocieran los resultados oficiales de la elección, describiendo esta acción como “no seria ni responsable”, y argumentó que se realizó sin pruebas suficientes.
López Obrador subrayó que “los problemas de Venezuela se han estancado, no se les ha encontrado salida porque es mucho el injerencismo, se meten del extranjero”, reafirmando así su rechazo a cualquier forma de intervención externa.
La reunión de la OEA, programada para el 31 de julio en Washington, fue solicitada por 12 países miembros con el fin de analizar los resultados de las elecciones en Venezuela.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela informó que el presidente Nicolás Maduro ganó las elecciones con el 51.2 % de los votos. Este resultado se dio a conocer cuando se había escrutado el 80 % de las actas, aunque aún faltaban por contar más de dos millones de votos.
Además, López Obrador puso en duda la objetividad de los medios de comunicación en torno a la situación venezolana, subrayando que tanto los medios tradicionales como las redes sociales han contribuido a polarizar el conflicto, lo que, en su opinión, enfatiza la necesidad de democratizar los medios de comunicación para evitar distorsiones en la realidad.
La decisión de México de no participar en la reunión de la OEA refleja un punto de tensión en su relación con el organismo multilateral, evidenciando el descontento con la manera en que se ha manejado el caso venezolano.
Para concluir, el presidente López Obrador destacó la importancia de que las soluciones a los conflictos en América Latina surjan del diálogo y la voluntad interna de los países involucrados, sin presiones externas que puedan comprometer la legitimidad de los procesos democráticos.









