
LOGROÑO.
El histórico líder separatista vasco Arnaldo Otegi salió ayer de la cárcel de Logroño, España, tras haber cumplido una condena de seis años y medio.
Otegi, de 57 años, dejó el penal convertido en la esperanza de la izquierda secesionista vasca en la era post-ETA. Se prevé que sea el candidato de la llamada “izquierda abertzale” en las elecciones regionales que el País Vasco celebrará en octubre.
A las puertas de la prisión lo recibieron dos centenares
de personas agitando banderas vascas al grito de “¡Independencia!”. El líder separatista salió con el puño en alto y se definió como “preso político”.
Allí mismo tuvo lugar el primero de los homenajes previstos esta semana tras su salida de prisión. Ya por la tarde, en su localidad natal, Elgoibar, se celebró otro en el que ofreció un discurso más extenso sobre un escenario.
“Nuestra lucha ha sido siempre contra ese Estado español dominado por esas élites económicas y oligárquicas que niegan la libertad a los pueblos y la igualdad a los trabajadores”, dijo ante cientos de seguidores.
Otegi fue condenado en 2009 por intentar ayudar a ETA reconstruyendo Batasuna, uno de los sucesivos partidos ilegalizados por la justicia española por ejercer como brazo político del grupo armado.









